jueves, 23 de julio de 2009

ODA AL VOLUNTARIO. MARGARITA SOUVIRÓN


Eso que llevas dentro,
la gratuidad del acto generoso,
acude y sale a flote
en medio de cadáveres sin nombre.
La condición divina,
que presa en otro barro es invisible,
en ti moldea formas,
construye manos sobre corazones.
Si no fuera por eso,
si no fuera por ti y por tantos otros,
sólo el dolor podría hacerse cargo
de las amputaciones del desastre,
del último minuto y del primero,
de la hoja expirada y del suspiro;
y no se secarían
las lágrimas, la sangre, ni el camino.
Si no fuera por ti
no volvería a crecer la flor sobre la ruina.

MARGARITA SOUVIRÓN
Málaga
VOCES NUEVAS.
Colección Torremozas

martes, 7 de julio de 2009

ARTE POÉTICA. HOMENAJEANDO A MARÍA ELENA WALSH




Rarísima, desesperada
complicidad de los papeles.
Es muy lindo decir naranja,
pero la tinta cómo duele.
Cuánta fatalidad nos hace falta.
Yo no sé cómo hay gente que se atreve.

Me olvidaría de vivir
pero aprendí cómo se muere:
clavándose una lapicera
en el amor a la intemperie,
o resbalándose memoria abajo,
sin paliativos, infinitamente.

Y me pregunto para qué.
No hay apariencia que conteste.
Al fin y al cabo me pondría
a hacer espuma con laureles
y cambiaría la posteridad
por una basurita, por un peine.

Hace tiempo que tengo ganas
de decírselo a mucha gente:
sepan que callo de certeza
y que fallezco de obediente,
y que no tengo la menor idea
y que me desespero para siempre.

Cuánto más cómodo sería
imaginar entre los peces,
disimular como el rocío
todo delito transparente,
colaborar con intachables piedras
o llamar por teléfono, o que espere.

Hasta cuándo podré durar
en un empleo tan urgente,
tan frágil, sin escapatoria,
escarbando lo que sucede
en zonas sumergidas donde todo
se quiere arrepentir pero no puede.

La verdad es que soy testigo
de festividades solemnes,
que padezco una colección
de musicales intereses,
que ríos y manzanas me autorizan
y estoy a cargo del color celeste.

Pensar que no sabremos nunca
qué pasa dentro de las nueces.
No me pregunten. Con locura
y con el permiso de ustedes
me voy a agonizar otro poquito
con las palabras. Hasta que me lleven.