Ya sé porqué me confundo en tus límites
y añoro tu abrazo escurrido a mi espalda,
formando dos cuatros que amándose,
exponencialmente, se incrementan,
acogen y ensalzan.
Ya sé porqué anhelo el encuentro
y la quedada impermanentes.
Sentir tu latido, tu aliento y tu mirada
me hacen más tierna y fuerte,
y cuando concito una pequeña dosis
de tu paz interna,
me siento aliviada.
Tu sola existencia y tu afecto
me capacitan para remontar tus riscos,
e incitan a mi pericia a solventar retos,
descifrar enigmas y neutralizar
las noches insomnes y los días ariscos.
Ya sé porqué el sueño se fuga
a las cinco de la mañana
cuando tu recuerdo me estrecha en mi cama
e intento recobrarte con este racimo
de palabras acariciantes
que estremecen mi ánima.
Ya sé que sabes que unidas podemos
abarcar los óbices y sortear tormentos,
integrar los grumos y confiscar talentos.
Dos cuatros enlazados tienen más posibilidades
de sucumbir al alegórico ocho
en un infinito Océano de logros y singularidades.
y añoro tu abrazo escurrido a mi espalda,
formando dos cuatros que amándose,
exponencialmente, se incrementan,
acogen y ensalzan.
Ya sé porqué anhelo el encuentro
y la quedada impermanentes.
Sentir tu latido, tu aliento y tu mirada
me hacen más tierna y fuerte,
y cuando concito una pequeña dosis
de tu paz interna,
me siento aliviada.
Tu sola existencia y tu afecto
me capacitan para remontar tus riscos,
e incitan a mi pericia a solventar retos,
descifrar enigmas y neutralizar
las noches insomnes y los días ariscos.
Ya sé porqué el sueño se fuga
a las cinco de la mañana
cuando tu recuerdo me estrecha en mi cama
e intento recobrarte con este racimo
de palabras acariciantes
que estremecen mi ánima.
Ya sé que sabes que unidas podemos
abarcar los óbices y sortear tormentos,
integrar los grumos y confiscar talentos.
Dos cuatros enlazados tienen más posibilidades
de sucumbir al alegórico ocho
en un infinito Océano de logros y singularidades.
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