viernes, 17 de octubre de 2008

SORORIDAD

















¿Qué Estró-genos pinta
la Tes-tos-terona
ahora en mi lienzo?
Yo misma
me basto y sobro
para llenarme de asombro
y me pasmo
ante el endiosado espasmo
que una vez cada tanto
sacude a mis iguales
y descorre a mis desiguales.
¿Qué Tes-
ni qué -tos-
ni qué -terona?
"Habemus Estrógenos".

No es broma.
Y cuando el Deseo asoma,
tomo el pincel,
me sitúo ante el lienzo
dispuesto en el caballete
y la mágica mano
guiada por el Corazón
sincopado
y un poco de Razón
desbocada
van generando
el sublime gozo de la Creación
con el Amado
o quizás

-para qué disimular más-
con mi Amada.
Y, al fin, ¿qué somos?
¿Sólo hormonas?
¿Qué insinúas?
¿Que estás con todas
cuando estás con una?
Tomas quizá mi cuerpo,
acaricias quizá mi piel,
me abarcas con tus brazos,
me recorres con la mirada,
pero se te escapa,

desde luego,
mi Esencia, mi Ánima.
Tocas, evidente,
lo tangible
pero no alcanzas,
por mucho que te yergas,
por mucho que te empines,
por mucho que te erijas
mi indómita Alma.
La Sororidad es mi Clímax,
mi Clave, mi Axioma
en ésta y en mi última hora.