sábado, 19 de junio de 2010

CARTAS VERDES POR JOSÉ SARAMAGO. La despedida de Jerónimo Melrinho

Agradezco a Jeromi Mira el envío de este texto homenajeando al escritor José Saramago por su gran calado humano y vital con el que me siento plenamente identificada.

Sólo añadiría que es urgente cambiar el espíritu de la gente, de tod@s nosotr@s. La falta de armonía y de amor se refleja en nuestros actos. La paz interior es fuente de paz exterior. Y la primera no siempre se consigue complaciendo los sentidos, con dinero, salud, poder, éxito ni con la explotación sistemática e irracional de los recursos. Tomemos consciencia. Aún estamos a tiempo de darle un SENTIDO A NUESTRA EXISTENCIA sin destrozar el entorno ni vapuleando y exprimiendo las existencias de l@s demás.

"El pasado noviembre, al presentar en Lisboa su última novela, Las intermitencias de la muerte, el Premio Nobel portugués anunció que ha pedido a los editores de su obra en todo el mundo que editen sus libros en un papel que no sea dañino para los bosques vírgenes del planeta. Saramago se ha unido a la campaña Libros Amigos de los Bosques de Greenpeace, que promueve el uso de papel FSC, un sello que garantiza que el material empleado es reciclado o proviene de explotaciones forestales sostenibles y se ha producido con técnicas poco contaminantes.
Soy nieto de un hombre que, al presentir que la muerte estaba a su espera en el hospital a donde lo llevaban, bajó al huerto y fue a despedirse de los árboles que había plantado y cuidado, llorando y abrazándose a cada uno de ellos, como si de un ser querido se tratara. Este hombre era un simple pastor, un campesino analfabeto, no un intelectual, no un artista, no una persona culta y sofisticada que hubiera decidido salir del mundo con un gran gesto que la posteridad registraría. Se diría que estaba despidiéndose de lo que hasta entonces había sido su propiedad, pero su propiedad eran también los animales de los que vivía y no se acercó hasta ellos para decirles adiós. Se despidió de la familia y de los árboles como si todo fuese para él su familia.
Este episodio sucedió, fue real, no es fruto de mi imaginación. En muchos años jamás oí de boca de mi abuelo palabra alguna sobre árboles en general y esos en particular que no estuvieran motivadas por razones prácticas. Luego no podría esperar, nadie podría esperarlo, que la última manifestación consciente de la personalidad del viejo hombre tocara la línea de lo sublime. Y sin embargo sucedió.
Nunca podré saber qué pasó en el espíritu de mi abuelo en aquella hora extrema, qué pensó o sintió, qué llamada urgente encaminó sus pasos inseguros hasta los árboles que lo esperaban. Tal vez porque sabía que los árboles no se pueden mover, que están sujetos a la tierra por las raíces y de ellas no pueden separarse, a no ser para morir. En el fondo de su corazón tal vez mi abuelo supiera, de un saber misterioso, difícil de expresar con palabras, que la vida de la tierra y de los árboles es una sola vida. Ni los árboles pueden vivir sin la tierra, ni la tierra puede vivir sin los árboles. Incluso hay quien afirma que los únicos habitantes naturales del planeta son ellos, los árboles. ¿Por qué? Porque se nutren directamente de la tierra, porque la agarran con sus raíces y por ella son agarrados. Tierra y árbol, aquí está la simbiosis perfecta.
Puede que algunos piensen que hay demasiado lirismo en estas palabras. Es posible, porque, tal como la tierra y los árboles, sentimiento y razón siempre van unidos. Pero no fue por puro sentimiento por lo que me uní a la campaña de Greenpeace para la protección de los bosques primarios y para la utilización de los productos forestales de un modo no contaminante del medio ambiente. Mejor que llorar sobre la leche derramada sería no romper la vasija. La metáfora sirve, de eso se trata.
Cuando los representantes de Greenpeace me explicaron las razones objetivas del proyecto y me pidieron que participara en él, comprendí que no tenía suficiente con preocuparme con la situación del medio ambiente como cualquier otra persona consciente de los problemas del mundo, que era necesario que mi empeño fuera real, concreto. Les pregunté qué podía hacer y me respondieron que ya tenía en mis manos el arma pacífica con la que podía entrar en batalla: los libros, los libros que consumen cantidades gigantescas de papel, los libros que devoran bosques y selvas a una velocidad vertiginosa, pero también los libros que pueden ser fabricados en un papel que respete en su elaboración el medio ambiente y utilice los bosques con criterio atento al bien común, o sea, de manera sustentable. El resultado es el libro que se titula 'Las intermitencias de la muerte', y ese es sólo el primer paso. Todas las obras que pueda escribir en el futuro, todas las reediciones de las ya publicadas, serán impresas en papel aprobado por Greenpeace, tanto en Portugal, como España y en América Latina. Es lo que está ocurriendo con 'Las intermitencias de la muerte', que a las ediciones ya mencionadas se juntaron las de Brasil, Italia, Cataluña y espero que en breve se sumen las de otros países que tienen a bien traducir y publicar los libros que vengo escribiendo.
Concluyo haciendo una invitación y lanzando un desafío. Que otros escritores colaboren en el mismo sentido con Greenpeace, que otros editores se unan a estos míos de ahora, y sobre todo, sí, sobre todo, que los lectores, el público, sean más conscientes de que este combate también es suyo. Defender los árboles es defender la tierra. Mi abuelo ya lo sabía, y no sabía ni leer ni escribir. Un viejo analfabeto me dio la mejor de las lecciones. Aquí la dejo ofrecida, si piensan que es justa y humana. Sé que para algunos ya lo ha sido: me dicen que en Puerto Rico una manifestación de defensa de un bosque que los intereses especulativos querían talar se hizo bajo la pancarta que llevaba el nombre de mi abuelo Jerónimo, y que como él las personas se abrazaron a los árboles con tanta fuerza que el bosque se salvó. Sé que una alameda en Castril, un pueblo de Granada, lleva el nombre de Jerónimo Melrinho, y esa alameda, con ese nombre, se mantiene desplegada como la bandera más hermosa.
A unos por la lección, a otros por el mantenimiento del ejemplo, a otros por la severa atención con que miran el mundo, les digo gracias. Y seguimos en ello porque hay motivo".

viernes, 18 de junio de 2010

ABRAZOS GRATIS. CAMBIA LA ACTITUD Y CAMBIARÁS EL MUNDO







Más aún que el Producto Interior Bruto (P.I.B.) vale la Felicidad Interior Bruta (F.I.B.)

http://www.elpais.com/articulo/portada/reino/quiso/medir/felicidad/elpepusoceps/20091129elpepspor_8/Tes
Medítalo y actúa en consecuencia.

Puedes aportar tu granito de arena de mil modos.

Una sugerencia: participa en los Bancos del Tiempo. http://www.cruzrojamadrid.org/que_hacemos/mujer/bancos_del_tiempo/

http://espaciopozas14.blogspot.com/

O en algún voluntariado acorde a tus cualidades y aptitudes.

lunes, 14 de junio de 2010

MILA PUERTA RECIBE EL TERCER PREMIO EN EL V CERTAMEN NACIONAL DE ACUARELAS BECUADRO

Acaban de conceder el TERCER PREMIO en el "V CERTAMEN NACIONAL DE ACUARELAS BECUADRO" a la pintora Mila Puerta por su singular cuadro “Verdes alterados”. Todas las obras presentadas estarán en una Exposición Colectiva hasta el día 19 de Junio 2010 en la Sala Becuadro en el número 1 de la calle General Álvarez de Castro en Madrid.

Palabras mágicas y comentario previo de la artista:

Para que la Calma forme parte de un@. Esto no es para ralentizarnos, ni mucho menos, sino para ayudarnos a intentar (porque cada Vida es un Intento) a hacer las cosas con más consciencia de la habitual. Sin olvidar que este Ser, como otros muchos llamados "entes abstractos", no dejan de ser auténticos Seres Espirituales, con facultad obrante u operante, para quien con sinceridad y de corazón los invoque:

"Yo llevo La Calma en mí
yo llevo en mí
las fuerzas que me vivifican.
Yo quiero llenarme
con el calor de estas fuerzas.
Quiero compenetrarme
con mi fuerza de voluntad
y quiero sentir cómo La Calma
penetra mi ser.
Cuando yo me fortalezco,
la Calma es mi Fortaleza.
Y la llevo en mí,
por la fuerza de mi anhelar"

miércoles, 9 de junio de 2010

EL BÁLSAMO DE LA SENCILLEZ. MANTRA TARA VERDE







Tara es el aspecto femenino de la compasión salvadora que ayuda y concentra los esfuerzos hacia el despertar.

Consiste en una purificación a un nivel muy poderoso, elimina bloqueos, negatividades, restaura la energía y la confianza en sí mism@. Favorece la bondad, la compasión y el amor universales.


EL BÁLSAMO DE LA SENCILLEZ

“La vida se pierde en detalles… ¡Simplificad, simplificad!
Henry David Thoreau

Simplificar nuestros actos, nuestras palabras y nuestros pensamientos para desembarazarnos de lo superfluo. Simplificar nuestras actividades, no caer en la indolencia sino, por el contrario, adquirir una libertad creciente y remediar el aspecto más sutil de la inercia, el que siendo conscientes de lo que de verdad cuenta en la existencia, nos hace preferir mil actividades secundarias que se suceden sin fin como pequeñas olas.

Simplificar nuestro discurso es evitar el raudal de palabras inútiles que proferimos sin parar. Es, sobre todo, abstenerse de lanzar flechas que traspasan el corazón de los demás. Las conversaciones corrientes son “ecos de ecos”, se lamentaba el eremita Patrul Rimpoché. Basta con encender el televisor o asistir a una reunión mundana para ser engullido por un aluvión de palabras que no sólo son inútiles sino que exacerban la codicia, el resentimiento, la vanidad… No se trata de encerrarse en un silencio altanero, sino de tomar conciencia de lo que es una frase acertada y de lo que representa el valor del tiempo. Una frase acertada evita la palabrería, las mentiras egoístas, los comentarios crueles y los chismorreos, cuyo único efecto es distraernos y sembrar la confusión; siempre se adapta a las circunstancias, es suave o firme según los casos, y proviene de una mente altruista y controlada.
Tener una mente sencilla no es ser simple. Al contrario, la sencillez de la mente va acompañada de lucidez. Como el agua clara que permite ver el fondo del lago, la sencillez permite ver la naturaleza de la mente detrás del velo de los pensamientos errabundos.

Como expresa de manera tan inspirada André Comte-Sponville: “El ser sencillo vive igual que respira, sin más esfuerzos ni más gloria, sin más efectos ni más vergüenza. La sencillez no es una virtud que pueda añadirse a la existencia. Es la existencia misma, en tanto en cuanto nada se añade a ella […]. Sin otra riqueza que todo. Sin otro tesoro que nada. Sencillez es libertad, levedad, transparencia. Sencillo como el aire, libre como el aire […]. El ser sencillo no se toma en serio ni trágicamente. Sigue su camino con el corazón ligero y el alma en paz, sin meta, sin nostalgia, sin impaciencia. Su reino es el mundo y le basta. Su eternidad es el presente y lo colma. No tiene nada que demostrar, puesto que no quiere aparentar nada. Ni nada que buscar, puesto que todo está ahí. ¿Hay algo más sencillo que la sencillez? ¿Algo más ligero? Es la virtud de los sabios y la sabiduría de los santos.


LIBRE PARA LOS DEMÁS

La libertad como fuente de felicidad, de plenitud duradera, está íntimamente unida al altruismo.

¿De qué sirve una libertad que sólo beneficia a un@ mism@?

¿Quién nos da derecho a construir nuestro bienestar sobre la desgracia de los demás?

Ése es el poder de la inteligencia, arma de doble filo por excelencia. Para que la inteligencia sirva a fines altruistas, es esencial que se emancipe del egoísmo, de la indiferencia y de la crueldad. Es una condición indispensable para la realización de la felicidad de los demás. Y para ayudar mejor a los demás, hay que empezar por transformarse un@ mism@.

Así pues, ser libre es tener la facultad de seguir un camino de transformación interior. A tal fin, es preciso vencer no sólo la adversidad exterior, sino todavía más a nuestros enemigos interiores: la pereza, la dispersión mental y todos los hábitos que nos desvían de la práctica espiritual o la difieren.
Los placeres, atrayentes a primera vista, casi siempre se transforman en su contrario. El esfuerzo que exige un camino espiritual y el proceso de liberación del sufrimiento siguen una progresión inversa. Arduo a veces al principio, se vuelve cada vez más fácil e inspirador, y poco a poco suscita un sentimiento de plenitud irremplazable. Su aspecto austero deja paso a una satisfacción profunda que los estados de dependencia o de saciedad no pueden proporcionar.

Sukha constituye una especie de armadura tan flexible como invulnerable: “Los pájaros hieren fácilmente a los caballos que tienen el lomo magullado; las circunstancias hieren fácilmente a las naturalezas temerosas, pero no hacen mella en las naturalezas estables”, dice un sabio tibetano. Semejante realización merece de sobra el nombre de libertad.

(En el Budismo, el término sukha designa un estado de bienestar que nace de una mente excepcionalmente sana y serena).

Extractos del libro “EN DEFENSA DE LA FELICIDAD” de Matthieu Ricard