jueves, 17 de noviembre de 2011

SIN TINTES ELECTORALES





Ya es tiempo de lucir
la cana sabiduría.
Vamos a prescindir
de afeites electorales.
No escanciéis más
con perfumes partidistas.
Ya no hay salida
a l’eau arribista.
No depiléis más
la ética, la ideología.
Limad
las consideraciones extremas
pues los lemas
crispan la común armonía.
Programad
lo que sea posible acometer.
Prometed
lo que podáis cumplir.
Emprended
ahora que nadie abre caminos.
No maquilléis
las diferencias
y centrifugad
las convergencias.
No ricéis lo que es liso
ni aliséis lo que caracolea.
Afrontad de una vez
lo que colea
desde la última
mayoría permanente…
eminentemente autoritaria,
la que se disfraza de Democracia,
la que miente
sobre tu cielo y su averno,
esa que no nos representa,
apoltronada
en el hemiciclo
y que, derecha, sienta
cátedra con su delegado desgobierno.
Con aditivos de jornadas reflexivas,
sin tintes electorales
ni lavados de cabeza,
afrontamos el 20 de Noviembre
valientes, sin dudas,
dirigiendo una mesa electoral,
eterna suplente
de soluciones viables
que nadie a aplicar
se atreve.
Confiscadme la felicidad
de este domingo electoral.
Podréis pagarme
pero yo no estoy en venta.
Seguid tomando el sol
en vuestros paraísos fiscales
familiares y sociales.
La toma de las plazas
acampará a sus anchas,
la llegada del nuevo SOL
os tostará en todo lugar,
os quemará el ansia de ganancia,
el apego al poder.

La exigua confianza del pueblo
adelgazará aún más
vuestras vacas flacas
y apremiará a las arriesgadas primas
que a tanto mercado desbarata.
Id directas.
Votad al director del Banco.
Aunque él tampoco
posea el remedio
a esta sistémica crisis,
evitaréis a los parásitos
intermediarios.
Expulsad de vuestro armario
a los que no admiten reinicio.
Ahorraréis el prescindente
estipendio vitalicio.

LAS HEROÍNAS SE LEVANTAN


Arriba.
Adelante.
Las heroínas se levantan.
Llevan su insomne noche
con silente paciencia,
con resignada valentía.
El trabajo
no descansa.

Las consentidoras maternas,
se sacrifican día a día
por sus vástagos,
esos felones rateros,
tiranos piantaos,
ninis del averno,
que siguen durmiendo
hasta el mediodía
como si no quedasen facturas
por pagar,
como si la vida fuera gratuita,
como si no hubiese nada
que hacer o solucionar,
prestos a convidar con dinero ajeno
a los que nunca invitan

a nada bueno.
Prefieren seguir así,
durmiendo
bajo techo libre de gastos
con una casa ordenada y limpia,
con la comida en la mesa,
con la ropa lavada y planchada
mientras ellos paladean
su eterna sobrecama o sobremesa…
exigiendo lo que desean,
desmereciendo lo que reclaman,
como si amar
supusiera succionar
el tiempo, las fuerzas,
las pertenencias, las finanzas
y el aliento
de sus mamas…
así, sin acento…
Los mamones todo lo zampan.

A las siete de la mañana,
las heroínas al mundo se enfrentan.
Su papel de liberada se va definiendo:
Ahora es la proveedora
de las sanguijuelas familiares,
la mucama de sus hijos,
la querida profesional,
la abnegada trabajadora
con la que cuenta
la cuenta de su marido.

No sé si dejar de liberarme.
No sé si la emancipación
derivó en esto
por falta de premeditación,
consenso y discernimiento…

Sólo sé que la Libertad,
la Igualdad y la Sororidad
no se consiguen
sometiéndose al ultraje,
la vendetta, la extorsión,

el emocional chantaje
que osan imponer los seres
con los que te relacionas,
sean o no miembros
de tu propio linaje.

Las heroínas se rebelan,
se levanta la Mujer Salvaje,
se yerguen, dignas indignadas.

La alternativa está clara.
Vuelve a planear la insumisión
como una corazonada
que se impone a la razón
aducida por los machos
que se quedan con la mejor ración
de la tarta no amasada,
con tesón,
por sus manos.

Alegamos sendos
¡¡¡basta ya!!!...
de explotación
descompensada,
de obligación
denostada.
Ya cumplimos,
en demasía, con nuestros deberes.
Ahora exigimos
equiparados emolumentos,
ecuánimes derechos,
oportunidades parejas,
poder real de cambio,
cambio real de poderes.

Esos que dicen que debes querer
y sólo te exprimen,

no te quieren.