Gran
Diosa
Naturaleza:
Equilibrio de
fuerzas. Imán de
esferas. Juego de
órbitas. Magnetismo
galáctico. Luz de estrellas.
Armonía de contrarios.
Refuerzas el ánimo esquivo
entre esta Tierra sinuosa y el
Cielo altivo. Nieblas conjeturas, eriges
montes con bosques, diseñas valles con
florestas, coloreas cualquier terreno con
plantas y flores diversas, multiplicas la vida y
das cabida en tu seno a seres diminutos y colosales,
haces más habitables nuestras especuladoras ciudades,
con parques, jardines y arboledas. Nos avecinas con toda
clase de especies: criaturas aladas, fieles amigos caninos,
discretas compañías felinas, incansables invertebrados, fórmicos
seres hacendosos. Ejemplares y enigmáticas vidas, formidables en
su grandeza desapercibida. Despierta asombro el despliegue de tan
portentosa y descomunal diversidad mineral, vegetal y animal. Decoras
las rosas con espinas y blanqueas las altas cimas para emular la inmaculada
trascendencia que eludimos desde nuestras fosas y nuestras esquinas.
Muchos humanos se encierran en sus cinco cerriles “ces” –cama, casa, coche,
cuerpo, cárcel- sin más allá querer ni poder ver. Derramas cascadas y dunas sin
esperar aplausos ni sobornar testigos. Regalas a cada respiración su dosis de oxígeno y a cada enfermo su remedio efectivo. Equilibras los opuestos integrándolos sin enlabios. Mides la exacta presión y alineas constelaciones y meridianos. Escapa a nuestra razón
tu grandiosa presentación del origen de todos los seres, los entes
esperar aplausos ni sobornar testigos. Regalas a cada respiración su dosis de oxígeno y a cada enfermo su remedio efectivo. Equilibras los opuestos integrándolos sin enlabios. Mides la exacta presión y alineas constelaciones y meridianos. Escapa a nuestra razón
tu grandiosa presentación del origen de todos los seres, los entes
y la esencia de la existencia. Dejas arrancar tus minerales. Desprestigian
los vertidos tus océanos y tus mares. Amedrentan tus bosques las emboscadas macroeconómicas. Azoran tu equilibrio sin pudor las toses de las factorías y los
malos humos de insidiosos artilugios. Gran Diosa como tú eres, Naturaleza,
atesoras en minúsculas semillas promesas silenciosas que brotan
despacio sin desmayos, sin apremios ni evasivas en la matriz
secreta de la Tierra , reducto fértil de evolucionadas y
noveles germinaciones. Calientas con tu
Sol por igual al agradecido y al
ingrato. Sacias la sed del
generoso y el avaro.
Aromatizas espacios.
Desmoronas nuestros
tiempos con contratiempos
y a deshoras. Celebras necrológicas
con profusas encarnaciones y mejoras.
Y te regeneras y resurges si el titánico Universo lidera
el empeño y nuestro común sueño enfoca un esperanzador vislumbre fraterno.
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