SESENTA Y NUEVE, CASI SETENTA

Andrius Kovelinas
Gracias a esa red virtual
te conocí.
Me atrajo como un imán
el ideograma “Ka”
y su concepto enigmático,
hermético y de incierto Destino…

Reconvenimos
los inconvenientes,
recolocamos
los planteamientos,
y aplazamos
las acostumbradas
fiestas familiares
y óbices consuetudinarios.

Improvisamos
un once de Septiembre
de dos mil diez
absolutamente
insuperable
sin hacer nada del otro mundo,
concentrándonos en éste,
expandiéndonos
y derramando sin complejos
y con dadivosidad
nuestras potencialidades
fluidas,
desde nuestros niveles
más profundos.

Amante espídica
de delicatessen y champán
no siempre francés,
escanciado y degustado
en mi estremecido
ente corpóreo…
Experimentadora valiente,
osada fémina con los pies en la tierra
pero fuera del plato,
compasiva y generosa
sin límites, dilación ni demora…
ejecutante de mil
variedades posturales,
renovadora de sesenta y nueves,
alcanzando casi el setenta
sublime y suspensivo…

Me asombro de tus virguerías
que agitan y aquietan mi Mundo.
Nuestro particular Mundo…

Me admiran tus formas,
tu cultura, tus tareas,
tu descanso, tu respiración,
tus medidas desmedidas,
tu rendición y tu apertura,
tu entrega, tu inacción,
tus gemidos sin dilación,
tu percepción y tu ritmo,
tu enfoque perspicaz,
tu agudo discurso,
tu sabiduría vital,
tu coraje sin fronteras,
tus caricias sinceras
de matriarca íntegra y seria…
Dama de mis espirales
y mis esferas.